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viernes, 19 de agosto de 2016

Perretes

La vida esta llena de pequeñas alegrías, y muchas de ellas vienen dadas por estos bichillos que a muchos nos da por tener en casa y mimar como a un miembro más de la familia. Pero es que resulta, que estos pequeñajos, inevitable e inexplicablemente, sacan la parte más afable de las personas.
 
 
Por si alguno no lo sabe, han sacado ahora en cine una película llamada: «La vida secreta de tus mascotas»; una película de animación infantil, de los creadores de los adorables Minions.
 
He de decir que esta película difiere de la línea que últimamente siguen todas las películas «infantiles» que tienen tramas y diálogos para adultos; ya que se trata de una magnífica película para niños. De lo mejorcito que he visto en mucho tiempo. Una trama muy, muy sencillita, con chistes y gracietas cotidianas que incluso te harán reír si no estás familiarizado con el comportamiento «mascotil».
 
Snowball, o Bola de nieve, el conejo villano de la peli
Los dibujos como tal son pura ternura. Uno desea achuchar a todos y cada uno de los bichejos que salen en la película, incluso a las culebrillas. Si bien puede ser ya un poco redundante ese aprovechamiento de la ternura que inspiran los animales, en este caso es tan real que no se le puede echar en cara a los creadores de este largometraje.
 
Los animales, especialmente los perros, es bien sabido que son tremendamente fieles a sus dueños. Hay múltiples escenas en la película en las que se aprecia este fenómeno, pero es el personaje de MAX, el prota, el que lo representa.
Max, el perro protagonista, echa mucho de menos a su dueña

El resto de personajes es igualmente entrañable. A mí me gustan especialmente el coprotagonista: Duke, un perrazo enorme y peludo; y Tiberius: un halcón depredador que hace de tripas corazón y se alía con esta panda de mascotillas.
 








Duke, el perrazo peludo



Tiberius, un halcón nada de fiar
En definitiva, esta película lleva a echarse unas risas con o como críos, y a una pequeña reflexión:

Si bien nunca me he considerado animalista, hay algo que está claro, y es que las mascotas suelen ser una compañía excelente. Son sinceros, espontáneos y naturales; casi como niños pequeños. Y aunque no hablen, está claro que nos entienden y que sienten, ya que interactúan y nuestros sentimientos se convierten a menudo en suyos. Es una pena que aún hoy en día haya gente que abandone a sus mascotas, y me parece magnífico que los niños vean películas así, y aprendan o, al menos vean, el valor de la vida de los animales.

Os animamos a ver esta película, con o sin pequeñajos, porque vais a pasar un buen rato, sin duda alguna.


¡A disfrutar el verano!

Nuria Giménez de Torres

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