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lunes, 11 de enero de 2016

Federico de Madrazo

Tras la visita realizada a la exposición temporal de Federico de Madrazo en el Museo del Prado, os dejo por aquí la información sobre este magnífico artista, que viene proporcionada en el folleto de la muestra. Si queréis saber qué tal ha estado la exposición, no dudéis en visitar nuestro otro blog dedicado al arte y creado en honor a Jorge Giménez Vives.



Federico de Madrazo (Roma, 1815 - Madrid,1894) ejerció una gran influencia en el medio artístico español de su tiempo. Ello se debió no solo a la calidad de su pintura, sino también a su condición de director del Museo del Prado y de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, así como de maestro de muchos de los pintores españoles más relevantes de las siguientes generaciones. Más allá de la imagen vinculada con el poder asociada a este pintor, el bicentenario de su nacimiento ofrece la ocasión de reflexionar, en la Sala de Presentación de Colecciones del siglo XIX, acerca de una faceta reveladora de su culto al arte y de su aprecio por los artistas.
Hijo de José de Madrazo, uno de los más destacados artistas del Neoclasicismo español, arquetipo del pintor culto, director del Prado y de la Academia, gran coleccionista de pintura y poseedor de una importante biblioteca, Federico continuó la trayectoria preeminente de su padre en el aprecio máximo a cuanto se relacionara con el arte. Sus hermanos Pedro, Juan y Luis destacaron en sus respectivas profesiones de historiador del arte, arquitecto y pintor. Sus hijos Raimundo y Ricardo fueron pintores de éxito, especialmente el primero, y su yerno, Mariano Fortuny fue el artista español más destacado de su tiempo. A todos ellos retrató Federico de Madrazo en efigies que reúnen la proximidad familiar con el homenaje a la calidad específica de cada uno como creador.
Pero, además, Federico fue el pintor español que realizó un mayor número de retratos de artistas. Son obras de valía como corresponde al más relevante especialista de su generación, consciente del valor de tales imágenes como exponente de su mérito y dignidad profesionales. No son simples cabezas, sino retratos de gran busto o, los dibujados y litografiados, demedia figura. 
Los que hizo al óleo los regaló generosamente a los efigiados. Estos eran amigos, como Carlos Luis de Ribera, a quien retrató en París en una de sus primeras obras maestras, Benito Soriano Murillo, colaborador íntimo como subdirector del Prado, y Perugino Sensi, litógrafo que había trabajado en el Real Establecimiento Litográfico fundado por su padre; colegas, como Carlos de Haes y Cosme Algarra; y discípulos destacados, como Eduardo Rosales y su propio hijo Raimundo.
Los retratos dibujados forman parte de un amplio conjunto de medidas, técnica y estilo similares, que el artista, muy consciente de su interés no solo artístico sino también documental, conservó y legó, en su integridad, al Prado. Realizados en su mayoría en París, Roma y Madrid entre 1839 y los primeros años dela década siguiente revelan, en su tratamiento, el propósito de formar, en la tradición inaugurada por los artistas alemanes del siglo XVI, una especie de álbum iconográfico (el propio Madrazo se refirió al Álbum delos retratos) de amigos artistas y escritores. El conjunto más importante fue el que realizó en Roma, donde el retrato era una práctica frecuente entre condiscípulos y amigos. Allí coincidió con Jean-Auguste-Dominique Ingres, a quien había retratado años antes y cuya influencia es notable en algunas efigies, como las de Ponzano y Zanetti. 
Los retratos litografiados atestiguan un excepcional dominio de esta nueva técnica, impulsada por su padre José, a quien precisamente retrató para ilustrar la reseña biográfica que publicó en 1835 El Artista, la revista romántica española de mayor importancia. El otro gran pintor español en esos años, Vicente López, también fue litografiado por Federico para aquella publicación, pese a que representaba una orientación artística muy diferente a la de su padre. Ambas efigies atestiguan el culto al arte a través de las cuidadas imágenes, multiplicadas mediante la estampa, de dos de sus figuras de mayor relevancia.
** Texto extraído del folleto informativo proporcionado por el Museo del Prado para la exposición Effigies amicorum. Retratos de artistas por Federico de Madrazo.